Uno puede pasar toda la vida buscando, anhelando cosas, relaciones experiencias, y descubriendo que puedes alcanzarlas con mas o menos dedicación y esfuerzo. También puedes vivir en la corriente adormecido en el vaivén de los movimientos de otros, con mayor o menor aceptación, diciendo la vida es así o es la voluntad de Dios. Confieso que en mi vida he ido pasando de una formula a otra, porque me era cómodo, la responsabilidad nunca era mía, en el primer caso era porque los logros no me satisfacían, básicamente porque no llegaban a mis expectativas, todo era mas bonito en el anuncio, con los colores la música. en el segundo no tenía duda de que yo no tenía que hacer nada porque había una voluntad superior, la vida el mundo o dios mismo.
Pero,…. hay pero; no me sentí bien, no estaba conforme, algo me faltaba, la ansiedad me devoraba, no sabía que hacer, la vida perdió interés.. huí deje de sentir, me anestesié me perdí.. pero para mi disgusto el mundo seguía rodando, así que me paré y cambié el foco miré hacia adentro, al principio no veía nada no pasaba nada, pero me mantuve y cuando la oscuridad fue permitiéndome ver, me vi a mi mismo en un rincón, asustado, sólo, sentí mi dolor, lloré desesperado y corrí hacia mis brazos me abracé y me sentí completo por primera vez, me perdoné todo lo que yo creí que me había hecho, y tomé responsabilidad.
Después del emotivo encuentro me senté a hablar conmigo mismo, y me pregunté ¿qué quieres?, ¿que necesitas?, ¿qué es importante para ti?, y empezamos juntos a hacer una lista de Valores, si, de lo que realmente nos importa.
Y decidí centrarme en vivir conforme a ellos, colocarlos en el centro de mi día a día, y poco a poco, ayudado de familia, amigos, profesionales que me enseñaron en qué consistía ese nuevo camino, mi fuerza de voluntad y mis practicas diarias, cada día está teniendo significado, no digo que todos los días sean fabulosos, ni siquiera que lo sean todo el día, pero también aprendes que todo forma parte de la vida, y le haces hueco, sin resistirte, y todo mejora.
De esta manera, he empezado un camino, que requiere aceptar mi responsabilidad y poner intención en cada cosa, en cada persona, en cada situación, sin perderme ni soltarme la mano, dejándome guiar por mi sentir, y tratándome con compasión en los momentos difíciles, no se como llamar a este estado, pero es más que una explosión puntual de felicidad, es un tránsito sereno, no exento de altibajos pero con sentido, con el sentido de lo que me importa de lo que tiene valor para mi, el resto se va desvaneciendo,…